Trastornos del sueño

Insomnio
Pesadillas y terrores nocturnos
Somnolencia diurna. Dormirse durante el día
Sonambulismo
Consejos para un buen dormir

Problemas del sueño en niños y adolescentes

Insomnio
Los problemas para conciliar el sueño o el despertar temprano (o en medio de la noche) suele estar bastante extendidos entre los niños de corta edad.
El niño puede tener problemas para ir a dormir o despertarse por la noche y requerir la presencia de los padres. Cabe señalar que los más pequeños pueden también experimentar miedo a quedarse solos; esta “ansiedad por separación” es normal a edades tempranas.La dificultad en conciliar el sueño puede deberse a varias razones como demasiadas siestas durante el día, miedos nocturnos o a mojar la cama.Es posible que, aunque parezca un contrasentido, si su hijo está muy cansado pueda encontrarle irritable, agresivo o incluso hiperactivo.

El insomnio en niños mayores y adolescentes pueden también puede ser también consecuencia de estrés, depresión o, simplemente, preocupaciones típicas de la edad. Es siempre recomendable hablar de ello abiertamente, para ir descartando causas. También el insomnio puede deberse a un exceso de cafeína por el consumo desproporcionado de café o bebidas energizantes. También cabe descartar el consumo de drogas ya que suele ser una causa habitual tanto de la hipersomnia como del insomnio.

En los hábitos relacionados con el dormir, también suelen encontrarse con frecuencia las causas de los problemas del sueño. El hábito de ir a dormir tarde puede hacer difícil conciliar el sueño si se va a la cama antes. Es importante que su hijo siga una rutina en cuanto a la hora de ir a dormir.

Somnolencia diurna. Dormirse durante el día

Aunque pueden existir otros factores biológicos y psicológicos, la razón fundamental por la cual nuestros hijos se duermen durante el día, es no haber dormido las horas suficientes durante la noche. Como comentamos en el apartado anterior, la somnolencia diurna, generalmente está aparejada de un cuadro de insomnio. Trasnochar ya sea por ocio, trabajo o estudios suele acarrear consecuencias de este tipo. Hay que mencionar que, sobre todo en los adolescentes, el dormir mucho puede ser síntoma de depresión o consumo de alcohol o drogas. Finalmente debemos mencionar dos problemas que afectan la calidad del descanso. Uno son los ronquidos que pueden despertar al niño. A este cuadro se lo denomina apnea obstructiva del sueño, que pude ser la consecuencia de amígdalas o adenoides inflamadas. El otro es un trastorno mucho menos extendido denominado narcolepsia. Los niños y adolescentes con narcolepsia suelen tener ataques de sueño durante el día. Ello a veces comporta cataplexia, que es debilidad o una pérdida momentánea del tono muscular.

Pesadillas y terrores nocturnos.

Como en los adultos, los niños también pueden sufrir pesadillas ocasionalmente. Las pesadillas pueden derivar de preocupaciones, accidentes, malos tratos o abusos recibidos, pero cabe ser cauto antes de evaluar estas causas ya que, como decíamos, las pesadillas son habituales en los primeros años de vida. Es beneficioso que el niño pueda explicar su sueño o dibujarlo, para comprender su malestar y tratar de encontrar la ayuda necesaria.

Por su parte, los terrores nocturnos afectan a los niños de edades comprendidas entre 4 y 12 años. Son completamente distintas a las pesadillas o la ansiedad relativa a los sueños. Al contrario que las pesadillas, los terrores nocturnos suelen suceder a los niños una hora o dos después de dormirse. El primer signo es que el niño chilla de forma incontrolable y parece estar despierto, aunque a pesar de las apariencias el niño esté todavía dormido. Durante estos periodos no podrá reconocerle, estará confuso e incapaz de comunicarse y será francamente difícil tranquilizarle. Es mejor tratar de despertarle y permanecer con él hasta que haya pasado el terror, después de unos minutos pasará y lo más probable es que su hijo no recuerde nada de lo sucedido por la mañana.

Sonambulismo

En este trastorno el niño realiza actividades motoras automáticas durante el sueño, que pueden ser sencillas o complejas. Este trastorno es similar a los terrores nocturnos, pero en lugar de estar totalmente aterrorizado, el niño se levanta de la cama y deambula. Es posible que necesite adoptar precauciones, como instalar una puerta en las escaleras, cerciorarse de que las puertas y ventanas están bien cerradas, entre otras medidas. De todas formas, si es necesario despertarle esto tampoco implicaría ningún peligro.

Consejos para un buen dormir

Es conveniente tener en cuenta algunos aspectos del dormir para mejorar la calidad del descanso. Los trastornos del sueño en la niñez sólo suelen suceder de forma ocasional y suelen resolverse por sí solos. De no ser así, podría llegar a interferir en el aprendizaje del niño y también en su comportamiento, además de ser la causa de trastornos físicos relacionados con la fatiga y la baja de defensas del organismo

Por ello es conveniente fijar una rutina con respecto a la hora de ir a la cama. Debería empezar por unos momentos de tranquilidad, quizá un baño seguido por un pequeño cuento o jugar tranquilamente con el niño antes de ir a la cama. Esto ayudará al niño a establecer unas sanas costumbres y a conciliar el sueño sin la necesidad de que esté con él. También es importante ser cariñoso, pero firme sobre la hora de ir a dormir. Cuando el niño llora, es preciso asegurarse de que no esté mojado, tenga fiebre o dolores. Lo mejor es hacerlo mientras esté todavía tranquilizándole así no se permanece mucho tiempo con él, ya que esto crearía un mal hábito. Tampoco es conveniente llevarlos a la cama de los padres, ya que esto no es bueno para ellos ni para los padres. En el caso de los bebes, un chupete puede ayudarles a permanecer en calma pues al despertar necesitan realizar la acción de mamar. De todos modos, al empezar con alimentos sólidos es mejor no dejar al niño un chupete ya que si se despierta y no lo encuentra con seguridad comenzará a llorar. En cambio, hacerle dormir con su manta favorita, por ejemplo, puede ayudar a sus hijos a superar la ansiedad por separación. Si las cosas no mejoran, es aconsejable consultar con un psicólogo infantil.

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